Maravilla Martínez desafía a Gennady Golovkin
El quilmeño Sergio Maravilla Martínez reveló que en tren de elegir disputar un título mundial prefiere al kasajo Gennady Golovkin y no al cubano Erislandy Lara, al tiempo que anunció que en marzo o abril próximo combatirá a diez rounds en la Argentina.
«En 2023 voy a volver a ser campeón del mundo, con Lara, con Golovkin o quien fuere», afirmó Maravilla.
A primera mirada, la chance más factible es la de medirse con el cubano Lara, campeón mediano regular de la AMB, pero en ese sentido el ex doble campeón mundial argentino describió el escenario con crudeza: «¿A quién le interesaría una pelea Lara/Martínez? ¿Quién pagaría por verla? Ni yo pagaría».
«Sería de un aburrimiento mortal -concedió-. Este loco de Lara agarra la moto, entra y sale, se ofrece poco y como la verdad es que yo tengo un estilo similar, podría salir un plomo insoportable».
Ahí surgió el nombre del temible kasajo Golovkin, campeón mediano IBO y FIB y dueño de un récord de 42-2-1 y 37 KO. «Mi deseo es apuntar alto, mi deseo es pelear con Golovkin. ¿Así que me puede matar? Sí. ¿Qué me puede romper todo? Sí. ¿Así que me puede noquear? Sí. O no. Podría yo también romperlo todo. Darle una lección. Sé que tengo el potencial. Y sería un combate mucho más atractivo. Hasta para la televisión y para la gente que pagaría», enfatizó «Maravilla».
Y añadió: «La peligrosidad de Golovkin me alimenta. Me sirve para la motivación. El día que estoy cansado, me digo: No, Golovkin se está preparando para matarte. Andá a entrenar. Y voy a entrenar».
«A mí, el tiempo me apremia, el reloj es más rápido, en febrero cumpliré 48 años, pero, ojo, que Golovkin tampoco es un pibe, va para 41 y sin vamos al caso Lara anda para los 40», observó el quilmeño, al tiempo que brindó más precisiones acerca de sus planes para 2023.
«Lo hablo a diario con mi manager (Elvis Grantt Phillips) y él está de acuerdo en que Maravilla Box organice un festival para marzo o abril en la Argentina. Quiero una pelea más exigente que las cinco que he tenido desde que volví a los rings. Una pelea a diez rounds o por uno de esos títulos que parecen menores, pero posicionan y suman. Conseguir un título mundial es un trabajo muy arduo, pesado, largo. Sentarnos, charlar, acordar una fecha, una sede, los sponsors. Me era difícil a los 32, imagínate ahora. Cuando gané mi primer campeonato del mundo frente a Alex Bunema, yo iba para los 34 años».
Acerca de su último combate resuelto en menos de dos rounds frente al estadounidense Noah Kidd, en el marco de la convención de la AMB, rescató que tuvo el valor de «retomar contacto con el ring, con un estadio. Es otra liga. Me sirvió para saber que estoy. Que estoy presente. Y por débil que sea el rival, ganar en Estados Unidos siempre abre puertas».
«Es cierto que ese muchacho Kidd llegó tarde a la clase de elegancia y coordinación, pero como le dije a alguien que me escribió por Instagram, puede ser que Kidd fuera un paquete, sí, pero un paquete al lado mío. ¿Y qué hice yo con ese paquete? Hice lo que tenía que hacer. Fui y lo noqueé rápido».
Con esa victoria consumada en el Caribe Royale de Orlando, el excampeón superwelter y mediano elevó su récord a 56-3-2, con 31 KOs.
Fue derrotado solo por tres campeones mundiales: el mexicano Antonio Margarito, el norteamericano Paul Williams y el boricua Miguel Cotto.
Por último, «Maravilla» hizo notar que en el mejor de los casos su nueva chance titular será en el segundo semestre del año próximo: «Supongo que en agosto o septiembre. Mientras tanto necesito pelear cada tres meses y me entusiasma que la primera de esas peleas vaya a ser en mi país, en marzo o más tardar en abril».